lunes, 19 de octubre de 2009

Freiheit


Cuando sos chico, todo es blanco y negro. Las cosas son buenas o malas, lindas o feas...
Cuando uno crece, la vida se va transformando en una gama infinita de grises. Un sin fin de contextualizaciones y situaciones sin precedentes. Siempre hay que pensar antes de reaccionar. Siempre hay que mutar, evolucionar y nos encontramos frente a un dilema existencial que nos hace sentir como si tuvieramos 5 años y estuvieramos intentando dilucidar lo que está bien y lo que está mal...
Es un proceso de aprendizaje constante que, de a momentos, puede ser lo mejor que te paso en la vida y en una fracción de segunda, cambia todo, con una palabra, con una mirada aquello que parecía tan claro genera tanta confusión, que mi cabeza está a punto de explotar en mil pedazos. 

3 comentarios:

almendra dijo...

absolutamente

vb dijo...

y que hacemos los que tenemos sólo la gama de grises porque el negro y el blanco desaparecieron y están ahí como en un holograma, cuando creo que los tengo, mi mano pasa a través de ellos.
ay, como decidoooooooooooo!!
jejeje....

Virginie dijo...

ahi es cuando a uno le explota la cabeza!
ajajajaja