Además, Miriam destacó la "cantidad increíble de palabras de origen africano que hay en el castellano del Río de la Plata: candombe, marimba, tango, matungo, mandinga, cafúa, dengue, mucama".
El ingreso de esclavos africanos comenzó en las colonias del Río de la Plata en 1588, aunque estos primeros arribos fueron en gran parte obra del contrabando. Hasta la prohibición de 1784 los negros eran medidos y luego marcados con hierro. En cuanto a su procedencia antes del siglo XVI habían llegado esclavos en números relativamente reducidos a partir de las islas de Cabo Verde, pero la mayoría de los africanos que se introdujeron a la Argentina procedían de los territorios de la actual Angola, la República Democrática del Congo, Guinea y la República del Congo, pertenecientes al grupo étnico que habla la familia de lenguas bantú. De los grupos yoruba y ewé, que fueron llevados en grandes números al Brasil, la inmigración fue más reducida. Se calcula que 60.000.000 de africanos fueron enviados a América, de los cuales sólo llegaron con vida 12.000.000, que ingresaron fundamentalmente a través de los puertos de Buenos Aires, Montevideo, Valparaíso y Río de Janeiro. Los barrios porteños de San Telmo y Montserrat alojaron a gran cantidad de los mismos, aunque la mayor parte fue a dar al interior.
En 1801 las primeras milicias de negros se organizaron y reglamentaron en el Regimiento de Pardos y Morenos como un cuerpo militar segregado del resto. Durante los días de las Invasiones Inglesas (1806) se originó un levantamiento de esclavos negros en Buenos Aires alentados por el auge del abolicionismo de la esclavitud en Inglaterra. Creían que la expedición inglesa llegaba principalmente para darles su independencia. El general inglés, William Carr Beresford emitió un bando en el que ordenaba que se le hiciera entender a los esclavos que su condición de tales no variaría (“se los atajó a tiempo”, escribiría Pueyrredón en julio de 1806 en carta a su suegro en Cádiz). Esta medida contribuiría a la derrota de los ingleses, porque impulsó a los esclavos a combatir contra ellos. Tras la derrota de los ingleses el Cabildo de Buenos Aires declaró como principal objetivo ver modo de desterrar la esclavitud de nuestro suelo. En 1812 a Bernardo de Monteagudo se le impidió asumir como miembro del Primer Triunvirato, debido a su "dudosa filiación materna", aludiendo a sus antepasados africanos; paradójicamente uno de los impugnantes fue Bernardino Rivadavia, también descendiente de africanos. La Asamblea del Año XIII, el primer cuerpo constituyente de la Argentina, decretó la libertad de vientres, pero no reconoció el derecho a la libertad de los esclavos existentes. Muchos de ellos formaron parte de las milicias y tropas irregulares que más tarde conformarían el Ejército Argentino, siempre en escuadrones segregados. Podían sí, si no estaban conformes con su amo, solicitar ser vendidos e incluso buscar ellos mismos un comprador. Hasta la abolición de la esclavitud en 1853, la Ley de Rescate obligaba a los propietarios de esclavos a ceder el 40% de los mismos para prestar servicio militar. Los que desempeñasen cinco años completos de servicio obtendrían la libertad, pero rara vez fue ese el caso.
Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas la población negra de Buenos Aires llegó al 30%. De esa época data la celebración de los carnavales en su forma americana, y el desarrollo de ritmos como el candombe y la milonga que pasarían a formar parte integral del folclore de Argentina. De Rosas se cuenta su gran aprecio por la población negra, y su frecuente asistencia a los candombes. Muchos de los gauchos que desarrollaron tareas en el campo en esa época eran afroargentinos. En 1837 Rosas sancionó una ley que prohibía en forma expresa la compra venta de esclavos en territorio nacional y en 1840 hizo pública su declaración de la abolición total del tráfico de esclavos por el Río de la Plata en todas sus formas. La Constitución Nacional de 1853 abolió la esclavitud, pero legalmente recién con la reforma de la Constitución en 1860 la abolición quedó completa al establecerse la libertad de esclavos de extranjeros introducidos por sus amos al territorio argentino. Durante la presidencia de Domingo F. Sarmiento (1868-1874) suceden los dos hechos a los que la historia tradicional asigna haber causado la muerte en masa de los afroargentinos: la Guerra del Paraguay (1864-1870) y la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires (1871).
El novelista Martínez Zuviria (conocido como Hugo Wast) publicó, en 1904 "Alegre", la única novela de la literatura argentina que tiene como protagonista y como héroe a un inmigrante africano en situación de esclavitud. Martínez Zuviría escribió esta novela entre los años 1902 y 1904, durante la Presidencia de Julio Argentino Roca, cuando se imponía la idea europeizante de los gobiernos conservadores que pretendía negarle a los afro-argentinos una parte de la identidad nacional. Después de abolirse la esclavitud los afroargentinos vivieron en condiciones miserables y discriminados. Prueba de ello es que de los catorce colegios existentes en Buenos Aires en 1857 solo dos admitían niños negros, a pesar de que el 15% de los alumnos de ese año eran de color. Los afroargentinos comenzaron a publicar periódicos y a organizarse para la defensa común. Hacia 1880 en la ciudad existían alrededor de veinte periódicos de esta índole.
Los mecanismos de invisibilización y discriminación física y cultural de los afroargentinos tuvieron una manifestación publica en 2002, cuando una funcionaria de migraciones denunció erróneamente a una ciudadana argentina por falsificación del pasaporte, argumentando que "no podía ser argentina y negra". En los últimos años se han multiplicado los estudios, actividades y organizaciones relacionadas con la población afroargentina. El resultado general indica una presencia tanto física como cultural mucho mayor que la que se suponía oficialmente.
A partir de la década de 1930 comenzaron a producirse grandes migraciones internas de trabajadores campesinos hacia Buenos Aires y otros centros urbanos buscando integrarse como obreros fabriles en el proceso de industrialización abierto entonces. A partir de la década de 1940 su presencia se hizo multitudinaria y fueron llamados despectivamente por amplios sectores de clase media y alta, cabecitas negras.
Ah maldito, maldito mil veces
seas blanco sin fe, tu cruel memoria
es eterno baldón para tu historia.
(1878) Casildo Thompson, poeta afroporteño.
La invisibilización deliberada de los afroargentinos y su cultura, ha sido una manifestación notable del racismo en la Argentina, relacionado con el tono de la piel o los orígenes africanos.
CENSO ARGENTINO DEL 2002
Pasado y Presente de los Negros en Buenos Aires.
Blacks in Argentina.
Afro-Argentine Culture.
Reivindicación de las Raíces Negras.
Derechos de los Afroargentinos.
Revista Quilombo.